Cada año, más de 1,25 millones de personas mueren en accidentes de tráfico en todo el mundo, lo que equivaldría a que casi 8 Boeing 747 se estrellaran a diario.
La OMS prevé que los siniestros viales podrían convertirse en la 5ª causa principal de muerte prematura en todo el mundo para el año 2030. En la actualidad, dichos siniestros se han convertido en la 8ª causa de muerte a nivel mundial, aunque ocupa el 1º puesto entre los jóvenes.
Por todo ello podemos clasificarlo simplemente de desastre causado por el hombre, entendiendo por desastre al evento que interrumpe el funcionamiento normal de la sociedad, excediendo la capacidad de la misma para hacerle frente mediante el uso de sus propios recursos, ocasionando muertes, pérdidas o impactos materiales, económicos y ambientales.
Desastre creado por el hombre y al que no ha sabido enfrentarse, siendo el diseño y la forma creada por él mismo para transportarse, por el que cotiza 1,25 millones de muertes y 50 millones de heridos al año en el mundo. Se acepta culturalmente esta cifra que amenaza a la sociedad por el «beneficio» de trasladarse.
Sabemos que debemos hacer, es cuestión de educar, crear buenas leyes y su cumplimiento. Morir en un siniestro vial depende en gran medida del lugar del mundo dónde ocurra, ya que el 90% de los accidentes de tráfico se producen en las países de bajos ingresos pese a que sólo poseen en torno al 50% del parque móvil mundial.