La ecuación es cuanto menos llamativa, sin embargo el énfasis actual que los organismos junto con fabricantes y marcas de la gran industria automotriz confieren a la Inteligencia Artificial que aplicaran a los vehículos y nos salvarán la vida, colisiona de forma brutal con el «deficiente», próximo al «muy deficiente», estado de conservación de nuestras carreteras.
Una de las causas más comunes, sin embargo, claramente evitables, de los accidentes de tráfico son aquellas lesiones que resultan de las carreteras en mal estado. Al igual que con cualquier accidente el cual no fue su culpa, las reclamaciones por accidentes de tráfico debido al mal mantenimiento en carretera justifican una reclamación de indemnización ante el organismo competente.
Algunos siniestros viales son mortales y algunos de ellos son más que eso, ya que en numerosas ocasiones no se profundiza sobre la causa real del accidente, y en bastantes casos las condiciones de la carretera conduce a tales peligros para la seguridad vial.
En la mayoría de los casos la columna vertebral se ve afectada, e incluso traumas severos en la cabeza. La mala conducción unida al pobre mantenimiento de las superficies combinan los peligros estacionales y de tráfico. Es el deber del gobierno mantener en buen estado las carreteras y garantizar la seguridad de los ciudadanos, al igual que el individuo es el único responsable de evitar la conducción imprudente y mantener adecuadamente el vehículo.
Los problemas más comunes que causan los accidentes, excluyendo la señalización vertical, son:
1. Baches:
Usted está conduciendo sobre una superficie aparentemente en buen estado y de repente nota un agujero en medio de la nada, y antes de que pueda darse cuenta, el daño está hecho. Esos baches provocan accidentes graves. Un bache es generalmente causado por un fallo en el pavimento debido a la presencia de agua subyacente a la superficie del suelo. La presencia de tráfico continuo, rompe la superficie de escaso apoyo lo que lleva a producirse un agujero. Estos por lo general se producen debido a:
– El drenaje insuficiente del agua.
– Espesor insuficiente de la superficie.
Para evitar este problema se requiere una conservación y mantenimiento adecuado de la carretera. Es posible reparar baches a través de productos que reparan la superficie con soluciones innovadoras.
2. Capas de hielo:
Es la complicación más frecuente durante los inviernos. Son creadas por:
– Agua.
– Baja capacidad de drenaje de la carretera.
– El exceso de humedad.
– Baja temperatura.
Las capas de hielo se pueden encontrar en casi todas las carreteras en invierno y requieren una conducción prudente. La superficie se convierte en demasiado resbaladiza, lo que provoca un peligro evidente. Se necesita que la superficie helada sea eliminada para así evitar la crisis.
En aquellos tramos excepcionales donde las condiciones meteorológicas invernales pudieran dar lugar a la existencia frecuente de hielo o nieve, por ejemplo en puntos singulares por su grado de humedad o temperatura, se señalizará mediante una señal P-34 que se deberá repetir cada 20 km. Se recomienda tapar esta señal fuera del periodo de vialidad invernal.
3. Manchas de aceite:
El aceite en la carretera también provoca siniestros graves. Generalmente el aceite expulsado por los vehículos tiende a acumularse sobre la superficie de la carretera, que hace que sea lo suficientemente resbaladiza y propenso a provocar un siniestro. Los vehículos deben ser reparados cuando expulsan aceite.
La superficie puede llegar a ser resbaladiza cuando el aceite se deja durante largos periodos de tiempo, por lo que deben ser eliminadas dichas manchas. Hay que saber que si se advirtiera que en un tramo de carretera su pavimento pudiera resultar muy deslizante, se indicará mediante señales P-19, eventualmente complementadas por un panel complementario, y reiteradas a intervalos de un minuto de recorrido.
4. Pavimento irregular:
Pavimento emparchado en forma irregular y baches sin arreglar, es bastante común en nuestras carreteras, debido a la mala administración del mantenimiento y conservación, que provoca numerosos siniestros.
5. Insuficiente arcén:
El arcén de una carretera hace las veces de un carril adicional que puede proporcionar paradas de emergencia. También ayuda a las ambulancias, coches de policía que se mueven sin perturbar el tráfico. Sin embargo el insuficiente espacio del mismo hace que el tráfico sea más propenso a los accidentes, así como insuficiente capacidad de actuación a los servicios de emergencia.
Ninguna pérdida de vida por mala o inexistente conservación es moralmente aceptable, a lo que podemos sumar la importancia de una adecuada conservación y mantenimiento de las vías que nos cuesta a los españoles cerca de 2.000 millones de euros al año, según las estimaciones de la patronal de ingeniería Fidex. Este “impuesto oculto” cómo lo denominan, es el resultado de circular por carreteras en mal estado lo que se traduce en mayor gasto en combustible, debido a un peor deslizamiento del vehículo y un mayor desgaste en la rodadura de los neumáticos. Igualmente, un firme bacheado e irregular puede originar un sin fin de problemas mecánicos para el coche y conlleva costosas averías. Además, un pavimento irregular implica tener que reducir la velocidad y por tanto alargar la duración prevista de los viajes, un tiempo de más que tiene también un mayor coste para los usuarios de la red viaria.